Al escuchar el término “tensión muscular”, muchas personas piensan inmediatamente en su incapacidad para tocarse los dedos de los pies. Por supuesto, los isquiotibiales tensos pueden provocar toneladas de afecciones y lesiones dolorosas.
Dicho esto, la inflexibilidad general de la cadera también es un problema evidente en la persona promedio. La tensión en esta área puede causar dolor de espalda, debilidad y, en general, una disminución de la calidad de vida.
Afortunadamente, la cura para muchos casos de caderas apretadas se puede encontrar a través de la práctica del yoga. Específicamente, uno de los mejores ejercicios de yoga para aflojar las caderas restringidas es la postura de la paloma (también conocida como la postura de la mitad de la paloma).
Caderas apretadas y la epidemia de sentarse
Desafortunadamente, el estilo de vida moderno se presta a la tensión muscular en todo el cuerpo. La mayoría de nosotros pasamos muchas más horas sentados y sin apenas movernos que en cualquier otra posición.
Piénselo: nos sentamos de camino al trabajo, nos sentamos cuando llegamos al trabajo, nos sentamos de camino a casa y nos sentamos cuando llegamos a casa. ¡Son muchas horas sentadas!
No hay nada intrínsecamente malo en sentarse. De vez en cuando, todos deberíamos tumbarnos y descansar. Este tiempo libre nos da la oportunidad de descansar, recuperarnos y prepararnos para nuestra próxima actividad. ¡El único problema es que la mayoría de nosotros rara vez participamos en alguna actividad!
Cuando pasamos la mayor parte de nuestras vidas sentados, forzamos nuestras caderas a una posición específica que aprieta los flexores de la cadera y debilita los músculos de todo el cuerpo.
La solución para las caderas apretadas
En general, todos necesitamos movernos un poco más para mejorar nuestra postura y flexibilidad de cadera. Caminar, trotar, andar en bicicleta y levantar pesas son excelentes elementos que deben agregarse a nuestras rutinas.
Sin embargo, cuando se trata del tema muy específico de las caderas apretadas, el yoga es el rey.
¡Hay tantas posturas de yoga geniales que es difícil elegir solo una! Sin embargo, para aislar las caderas, tiendo a inclinarme hacia la postura de la paloma.
Pose de paloma para caderas apretadas
La postura de la paloma sirve como estiramiento del flexor de la cadera, estiramiento del rotador de la cadera y una excelente opción general para fomentar la flexibilidad en la parte inferior del cuerpo. Además, hay toneladas de variaciones que se pueden hacer en la postura de la paloma para que sea más fácil o más difícil.
Cómo realizar la postura de la media paloma
- Inicio en cuadrúpedo (ambas rodillas y ambas manos en el suelo).
- Lentamente, lleve su tobillo derecho hacia adelante y colóquelo en el piso frente a su rodilla izquierda.
- Luego, deslice la rodilla izquierda lo más atrás que pueda, mientras continúa avanzando poco a poco con el tobillo derecho.
- En este punto, tu rodilla derecha debe apuntar directamente hacia tu lado derecho y tu tobillo derecho debe apuntar directamente hacia tu lado izquierdo.
- Después de algunas respiraciones profundas, intenta hundirte más en el estiramiento extendiendo los brazos hacia adelante y permitiendo que tu pecho baje hacia el suelo.
- Mantén esta posición durante 30 a 60 segundos, o durante 10 respiraciones muy profundas y lentas.
- Repita el mismo estiramiento en el lado opuesto.
Naturalmente, si la postura de la paloma es demasiado para ti como se describe, ¡siéntete libre de modificarla! El uso de almohadas y/o bloques de yoga durante este estiramiento lo hace mucho más cómodo. Simplemente coloque uno de estos artículos debajo de sus glúteos mientras se estira para disminuir la dificultad.
Conclusión
El yoga es una gran práctica tanto para el cuerpo como para la mente. Los componentes de estiramiento y meditación hacen de esta forma de ejercicio una de las mejores que existen.
Si eres nuevo en el yoga o en la postura de la paloma en particular, asegúrate de tomarte tu tiempo. Probablemente no podrá estirarse tan lejos como su instructor de inmediato. Pero con la práctica constante, estarás allí antes de que te des cuenta, ¡y tus caderas te lo agradecerán!